ECUADOR EN EL SIGLO XX
EL VELASQUISMO
El 15 de febrero de 1972,
Velasco Ibarra, conminado por los militares, abandonó Carondelet y salió hacia
Buenos Aires, a su último destierro. Este acto marcó el final político de “el
personaje del Ecuador del siglo XX de más curiosa y polémica trascendencia”,
como lo calificó Alfredo Pareja. Velasco era doctor en Derecho, con una
especialización por la Sorbona de París. Su ascenso al poder fue meteórico. En
1932 fue elegido legislador, al año siguiente ejerció como presidente de la
Cámara de Diputados. Desde esta posición se hizo notar por su vehemente
oratoria dirigida contra el presidente Juan de Dios Martínez Mera. Ver
infografía ampliada Con su caída se convocaron a elecciones para elegir
Presidente. Velasco se postuló y ganó ampliamente. Comenzaba así una carrera
política que lo llevaría por 5 veces a la primera magistratura del país. Muchos
pensadores han tratado de revelar la figura de Velasco Ibarra. Agustín Cueva
decía que “ha desempeñado el papel de profeta, sacerdote y padre de nuestros
subproletarios, y -además- el de su abogado. Ha sido la figura simbólica tutelar
que les ha permitido tener la ilusión de incorporarse a la sociedad que los
marginaba”. Por su parte, el historiador Juan Paz y Miño manifiesta que no se
puede hablar del velasquismo como un
solo proyecto político alrededor de la figura de Velasco Ibarra. Cada uno de
los cinco períodos de Velasco -explica- fueron diferentes y representaron
distintas condiciones históricas aprovechadas, cada vez, por diferentes
sectores de los mismos grupos que dominaban el país. Y coincide con Cueva
cuando expresa que Velasco Ibarra inauguró un estilo inédito de hacer política:
un discurso vibrante, que reivindicó al pueblo y que confrontaba a las
oligarquías, unido a un contacto directo con las masas en grandes
concentraciones realizadas en parques o plazas, mientras cada uno de los
convocados, en su calidad de electores, se asumía como parte de la democracia y
de la soberanía. ESE POPULISMO QUE NUBLA EL ENFOQUE A LOS “NEOPOPULISTAS” La
historia no se repite y algunos creen que Velasco Ibarra puede reeditarse en
este siglo. Ecuador no es el de los años cincuenta ni el proceso político
actual tiene las mismas causas que erigieron al político más votado del siglo
pasado. Velasco fue una molestia para la oligarquía y por eso lo botaron en
cuatro ocasiones.
José María Velasco Ibarra fue la figura más importante en el campo político entre las décadas del 30 y del 60 del siglo XX, esto a pesar de tener una línea política ambigua.
En el año de 1944 estalló "La Gloriosa", revuelta social que llevó por segunda vez al poder a Velasco Ibarra.
Velasco Ibarra poseía un gran respaldo popular que fue menguando paulatinamente, en especial, por no producir cambios radicales en el bienestar socio-económico del Ecuador.
EL BOOM PETROLERO Y LAS DICTADURA MILITARES
Luego
de que Velasco Ibarra y su vicepresidente fueran depuestos en 1963, vino toda
una época caracterizada por una fuerte presencia militar en el mando del
Ecuador.
Sin
embargo no podemos hablar de una «dictadura militar» como la que existió en
varios países de Latinoamérica en aquel entonces. A pesar de que el mando
militar buscaba una modernización total del país, el poder oligárquico ligado a
la agricultura y el comercio exterior seguían teniendo una gran influencia y en
varias ocasiones no permitieron que se realicen cambios que los afectaban.
En
esta época se instauraron varias de las pautas del programa Alianza para el
Progreso, donde se instauró la concepción norteamericana de «desarrollo», es
así como EE.UU. brindó ayuda económica y social a Latinoamérica para su
modernización y como forma de contrarrestar la influencia de la Revolución
Cubana y las tendencias socialistas de aquel entonces. Entre estas reformas
estuvo la Reforma Agraria, con la que se buscó dejar atrás el antiguo modelo de
Hacienda, en especial en la Sierra. Sin embargo, al indígena se lo endeuda
vendiéndole tierra en gran parte improductiva, de zonas altas donde sólo
existía páramo y pajonales. Hasta la actualidad varios autores critican esta
reforma debido a su reparto injusto, donde se favoreció a sectores poderosos y
nunca al indígena pobre.
Otro
aspecto importante de esta época fue la dura la represión que se tuvo sobre la
lucha social. En este aspecto se comparten características con el resto de
dictaduras militares en toda la Latinoamérica de aquel entonces. Se recuerda la
matanza de trabajadores y obreros del ingenio AZTRA en 1977, la persecución,
tortura, asesinato y desaparición de muchos activistas y militantes políticos
de aquel entonces, incluso se persiguió a músicos y artistas.
Aunque
entre 1963 y 1979 no hubo un régimen único, la milicia fue una constante.
Ejemplo es el quinto y último periodo de Velasco Ibarra, quién fue elegido en
1968 y se declaró dictador en 1970 para caer luego en 1972 bajo la mano de los
mismos militares que sostuvieron su último mando.
Recordamos
que para 1964 empezó operaciones el consorcio Texaco-Gulf en la Amazonía, a
quien el Estado ecuatoriano otorgó alrededor de medio millón de hectáreas para
la exploración y explotación de petróleo. Las operaciones empezaron con un
fuerte resguardo militar lo cual causó muchos enfrentamientos entre la milicia
y los pueblos nativos quienes defendían su territorio. Toda esta época se vio
marcada por el exterminio de varios pueblos amazónicos, de su cultura y el
comienzo de la explotación indiscriminada de petróleo, además del irreparable
daño ecológico causado.
Para
1972 comenzó el auge petrolero en zonas amazónicas y el golfo de Guayaquil.
Aunque la explotación comenzó desde años antes, la subida del precio del
petróleo dio un altísimo ingreso al país en magnitudes que no se habían
registrado antes. Esto conllevó un acelerado proceso de modernización y
crecimiento de las urbes, sin embargo no significó el mejoramiento del nivel de
vida. El fuerte ingreso fue muy mal administrado, hasta ahora se presume que
existió enriquecimiento ilícito, además que la deuda externa del Ecuador sufrió
un gran aumento durante toda esa época.
Para
finales de los 70’s el régimen militar empezó a organizar la vuelta a la
democracia representativa.
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